Lo que está ocurriendo en EE.UU. ahora mismo es difícil de ver.
Restricciones en el intercambio de datos. Despidos de los mejores investigadores. Un clima político que margina la ciencia en favor de la ideología.
Durante décadas, Estados Unidos fue el lugar en el que las mentes más brillantes del mundo de la climatología, la tecnología, la investigación sanitaria y otros campos encontraban los recursos y la libertad para hacer su mejor trabajo. Ahora, muchas de esas mentes buscan una salida.
Mientras Estados Unidos se dispara en el pie -poniendo en peligro una de sus mayores ventajas competitivas, su liderazgo científico-, Europa tiene una oportunidad única y urgente de liderar.
Ya estamos viendo señales prometedoras en Francia, Bélgica y los Países Bajos, con iniciativas específicas y financiación para atraer a investigadores estadounidenses descontentos. Pero esto no debe ser visto sólo como una oportunidad por los sospechosos habituales.
¿Por qué Europa debe limitarse a unas pocas grandes economías? ¿Por qué no van a convertirse Estonia, Portugal o España en nuevos centros mundiales de talento investigador? Si actúan con rapidez, los países más pequeños de la UE tienen una oportunidad muy real de consolidar su reputación como puertos seguros para la ciencia, la innovación y la libertad académica.
Eso significa invertir en:
- Visados y permisos de residencia acelerados para los investigadores y sus familias
- Procesos de reubicación claros y eficaces
- Infraestructura que hace que la movilidad global sea rápida, sencilla y centrada en el ser humano en toda la UE.
No es momento de burocracia ni de vacilaciones: atraer a mentes brillantes no es sólo buena política, es la inversión más inteligente que puede hacer cualquier nación. En Jobbatical sabemos que, como proveedores de movilidad global, tenemos un papel esencial que desempeñar: eliminar las fricciones del proceso de reubicación y ayudar a las instituciones a actuar con rapidez cuando los mejores talentos científicos están listos para trasladarse.
Trasladarse de Estados Unidos a Europa, ya sea a un laboratorio universitario o a un equipo de investigación empresarial, es una decisión de alto riesgo. Los investigadores no quieren burocracia. Quieren claridad, rapidez y la seguridad de que ellos y sus familias recibirán apoyo. Cuanto más fluida sea la transición, más atractiva será la oportunidad.
Estamos preparados para hacerlo realidad.
La fuga de cerebros que en su día arrastró a los mejores y más brillantes de Europa hacia Estados Unidos se está invirtiendo. Asegurémonos de que no fluya sólo hacia los lugares de siempre.